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Los hombres sufren casi la mitad de la violencia
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Según la policía, los
varones representan el 22% de las muertes en el seno de
la pareja y el 44% de la violencia doméstica
Luis
Losada
Pescador Pasado
más de un año de la promulgación de la Ley de Violencia
de Género, el drama de las muertes en el seno del hogar
sigue vigente. Actualmente, la cifra de muertas se eleva
a 62, más que en todo el 2005. Se trata de mujeres y
hombres que encuentran la muerte donde habían colocado
la esperanza de felicidad. Los últimos tres casos
reflejados en Red Feminista resultan estremecedores:
Muere una mujer en Asturias a manos de su hijo de 22
años, una mujer de 59 años fallece presuntamente
estrangulada por su hijo en Torrejón de Ardoz y un
hombre se entrega en Sevilla tras asegurar que mató a su
madre con insulina. Un drama que la Ley no
ha conseguido atajar y que afecta casi por igual a
hombres y a mujeres, aunque la doctrina feminista
imperante esconda las cifras de muertes masculinas.
Según el anuario estadístico de la policía del 2005, los
varones representan el 22% de las muertes en el seno de
la pareja y el 44% del total de violencia
doméstica. No obstante, estos datos
aparecen sesgados en la información pública del
Instituto de la Mujer que desde hace años esconde las
cifras de muertos a manos de sus parejas por razones
ideológicas. “El concepto de violencia de género no
contempla este tipo de actuaciones”, señalan a EPOCA
desde el Instituto de la Mujer. “La violencia de género
es una forma de violencia que se ejerce sobre la mujer
por el mero hecho de serlo y que se manifiesta en
nuestra sociedad como resultado de una larga
construcción cultural que sitúa a los hombres como seres
superiores a las mujeres”, explica la abogada feminista
Mª José Varela, miembro de la Asociación de Mujeres
Juristas Themis. El propio ministro
Caldera afirma que la violencia de mujeres sobre hombres
es “marginal”. Un 7%, según Varela. Sin embargo, el
informe 2001/2002 del Servicio de Inspección del CGPJ
sobre violencia de género informaba de la existencia de
un 30% de muertes de hombres a manos de sus parejas
frente a un 70% de mujeres. Eso sí, son fenómenos
“cualitativamente diferentes”, sostiene Varela. ¿Son
distintas unas muertes que otras? ¿En qué se basa el
feminismo para demonizar la violencia del varón y
justificar la de la mujer? ¿Es en realidad un fenómeno
“marginal” como sostiene el feminismo
militante? El socialista Joaquín Leguina
señaló en un artículo publicado en El País el 4 de
septiembre de 2004 –“Igualdad, paridad y violencia”- que
la violencia entre hombres y mujeres se repartía
prácticamente a partes iguales. “Los estudios de
violencia intrafamiliar en Estados Unidos arrojan datos
nada maniqueos. En los casos de violencia severa,
básicamente física, el 35% se atribuye al hombre, el 30%
a las mujeres y el 35% a ambos”, señala el estadístico.
“La realidad de la violencia entre la pareja estaría
cercana al 50% si descontáramos las cifras de
extranjeros, pero las feministas las quisieron
introducir en las estadísticas para elevar la alarma
social”, señala a EPOCA el responsable del servicio
jurídico de Asociación Amnistía Infantil, Manuel
Oliete Por otra parte, Leguina explicaba la
disparidad con las estadísticas oficiales en el
“feminismo radical” que en su opinión, ha tomado el
“camino equivocado”. “Pretenden argumentar que nada ha
cambiado y levantar una muralla china entre los dos
sexos”, apunta el ex presidente de la Comunidad de
Madrid. Y de esta “lucha de sexos” –sostiene Leguina- se
deriva el “tratamiento intelectual de la violencia de
género: la violencia intrínseca del macho, aunque sea
intelectualmente insostenible sumar asesinatos con
presiones psicológicas”. La “construcción cultural” a la
que se refiere Varela. Cambios La
‘ideologización’ de la violencia doméstica lleva a la
creación del Observatorio de Violencia de Género del
GGPJ el 26 de septiembre de 2002 por convenio entre el
Consejo y los ministerios de Justicia y Trabajo y
Asuntos Sociales. Lo dirige desde su creación la
feminista Montserrat Comas, responsable de eliminar del
campo de ‘observación’ la violencia hacia los hombres.
“Se trata de una violencia que se dirige sobre las
mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser
consideradas, por sus agresores, carentes de los
derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de
decisión”. Así es como se define la violencia de género
en el preámbulo de la polémica Ley y como la define
también la abogada feminista Varela que no obstante,
reconoce que “contabilizar a los hombres que han matado
puede ayudar a demostrar las diferencias y la magnitud
del problema”. Se elimina la mitad de la
violencia doméstica del análisis, aunque se incluye la
violencia hacia niños y ancianos en el Congreso
“Violencia Doméstica” organizado en junio de 2003. La
razón es que las abogadas feministas suelen recomendar a
las mujeres que se separan que denuncien abuso sexual de
sus exparejas hacia sus hijos para garantizarse la
custodia. Sin embargo, según señaló en el XII Simposium
de Psiquiatría forense celebrado en el Hospital San
Carlos en marzo de 2004, la médico forense de los
juzgados de la Plaza de Castilla, Mª Paz Ruiz Tejedor,
cerca del 90% de estas denuncias resultan falsas y así
ha sido denunciado a la fiscalía. En cuanto a la
violencia sobre la tercera edad baste señalar que sólo
en Madrid murieron 733 ancianos y ancianas en verano de
2003 como consecuencia de una ola de calor y de la
desatención de sus familiares (hombres y
mujeres). Tampoco se incorporan los datos
de violencia de mujeres hacia hombres en el informe
sobre violencia doméstica del Centro Reina Sofía,
dirigido por el José Sanmartín, que recibe reiterados
elogios de organizaciones feministas como Mujeres en
Red. Fracaso Lo que no cabe duda es que
la Ley de Violencia de Género ha fracasado. Algunos
argumentan que el bombardeo mediático genera ‘efecto
mimetización’. Además, otros países con tradición de
leyes sobre violencia de género, manifiestan mayor
prevalencia hacia el ‘feminicidio’ que España. Según
datos del Centro de Estudios Reina Sofía, la prevalencia
de ‘feminicidio’ a manos de la pareja o ex pareja en
Finlandia se sitúa en el 8,65 por millón frente al 2,44
de España. ¿Qué balance hace el gobierno
de la aplicación de la Ley de Violencia de Género?
“Tenemos que seguir trabajando y profundizando en la
misma línea porque todavía queda mucho camino por
recorrer”, señala De la Vega a este cronista para evitar
mencionar el fracaso. “Es aún prematuro hacer un balance
porque muchos de los contenidos educativos, formativos y
sociales todavía no se han aplicado”, explica a EPOCA la
abogada feminista Mª José Varela, y miembro de la
Asociación de Mujeres Feministas Themis.
Polémica Una de las polémicas
suscitadas en torno a la Ley de Violencia de Género es
la consagración jurídica del ‘delito de autor’: es decir
la introducción de la discriminación positiva en el
ámbito penal, estableciendo una pena extraordinaria al
hombre respecto a las mujeres en los casos de violencia
de doméstica. ¿Razón? La Ley asume el discurso feminista
desde el preámbulo. Se asume que la violencia es
consustancial al hombre y que -por tanto- es necesario
corregir esta tendencia con una sanción extraordinaria.
La presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y
Divorciadas, Ana Mª Pérez del Campo, llegó a proponer
incluso que a la violencia de género se le concediera el
mismo tratamiento político que al terrorismo. “Nosotros
las consideramos unas feminazis, porque los nazis
segregaban por razón de raza, pero las feministas
radicales presumen el carácter delictivo del hombre por
el hecho de ser hombre”, señala a EPOCA, Francisco
Zugasti, de la Asociación Projusticia Por
supuesto, la decisión no ha sido nada pacífica,
jurídicamente hablando. La decana de los juzgados de
Barcelona, Mª Sanhauja, ya ha denunciado la
inconstitucionalidad de la norma, junto a María Poza
Cisneros, del Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia. En
total se han presentado casi un centenar de cuestiones
de inconstitucionalidad por los juzgados de lo penal y
de violencia de género. No opina igual el rector de la
Universidad Carlos III, Gregorio Peces Barba, quien
considera que la Ley se ajusta “perfectamente” a la
Constitución. “Los mecanismos de corrección de
desigualdades son instrumentos de justicia que cualquier
demócrata deberá defender”, sostiene
Varela. Por su parte, el vocal del CGPJ,
José Luis Requero, sugiere que la Ley Integral de
Violencia de Género fue elaborada por asociaciones
feministas: “No ha sido redactada por juristas”. En
Estados Unidos la Ley sobre la Violencia contra la Mujer
también fue declarada inconstitucional en el caso United
Status vs Morrison 529 SA 598 (2000) en el que el
Tribunal Supremo declaró que la discriminación positiva
en el ámbito penal no se ajustaba a la máxima
ley Beneficios Además, la Ley de
Violencia de Género desencadena una serie de beneficios
para la mujer demandante por la mera presentación de la
denuncia de maltrato. De esta manera, las mujeres que
denuncien maltrato tienen derecho -por ejemplo- al
acceso a la renta activa de inserción (cerca de 400
euros mensuales durante 11 meses) un mecanismo ideado
para ayudar en la inserción sociolaboral de los
trabajadores mayores de 45 años una vez que se había
acabado el paro. Además, las mujeres que
denuncien malos tratos, tendrán puntos extraordinarios
para el acceso a una VPO y prioridad para el acceso de
un puesto de trabajo en la administración pública, como
las supervisoras de la ORA del Madrid de Gallardón. En
el caso de las militares podrán pedir cambio de destino
aunque la plaza no haya sido todavía publicada. Por
supuesto, una mujer con denuncia de maltrato tiene casi
todas las posibilidades de quedarse con la guardia y
custodia de los hijos impidiendo la custodia compartida
e incluso –en ocasiones- el régimen de
visitas. Pero, ¿qué pasa si finalmente la
denuncia no es admitida? ¿Qué ocurre si la sentencia
judicial desestima el maltrato? ¿Se da marcha atrás a
todas las medidas sociales que se desencadenaron la
denuncia? “Para que una mujer denuncie, tiene que estar
pasando un infierno”, responde a este cronista la
vicepresidenta De la Vega. -Ya, pero de
las miles de denuncias que se presentan, es bastante
posible que alguna acabe siendo archivada,
insistimos - Yo no conozco ninguna denuncia que haya
sido archivada, responde con contundencia la
vicepresidenta. La realidad es que el 59%
de las denuncias por violencia doméstica que se
tramitaron durante el primer trimestre de este año
acabaron archivadas por los jueces, sin que ni siquiera
se celebrara juicio al no encontrarse indicios para
continuar el procedimiento o no localizar al denunciado.
Las cifras fueron facilitadas por el Observatorio contra
la Violencia Doméstica y de Género, que preside
Montserrat Comas. A este porcentaje habría que sumar las
sentencias exculpatorias por denuncia falsa. Por
ejemplo, Francisco Zugasti, de la Asociación Projusticia
ha presentado queja ante el CGPJ por la actitud de la
jueza Raimunda de Peñafort Lorente por aconsejar a una
demandante que alegue ‘maltrato psicológico’ y que vaya
de su parte a la Federación de Mujeres Separadas y
Divorciadas para que así lo certifiquen, según consta en
un video en poder de la asociación. O sea,
que sí existen denuncias falsas. Las adolescentes
despechadas vienen a denunciar a sus novios, señala la
decana de los juzgados de Barcelona, Mª Sanhauja. Unas
declaraciones que obligaron al Sindic de Greuges de
Cataluña a abrir un expediente informativo y que
provocaron una denuncia de organizaciones feministas
ante el CGPJ. Denuncia que fue archivada por la
unanimidad de los consejeros del órgano de gobierno de
los jueces. No ocurrió lo mismo en la Asociación de
Jueces para la Democracia, a la que pertenece Sanhauja.
Inmaculada Montalbán, Ana Ferrer y Edmundo Rodríguez,
votaron en contra del amparo de la jueza decana de
Barcelona. ‘Casualmente’ Montalbán es una mujer
feminista vinculada a la Asociación de Mujeres Juristas
Themis y al ‘Observatorio Comas’ del que ha recibido
prestaciones económicas por los servicios
prestados. En el mismo sentido se ha
manifestado el jefe de psiquiatría del Valle de Hebrón
(Barcelona), el Fiscal Jefe de Cataluña y el la memoria
anual de la Fiscalía General del Estado de 2003. Aún así
ni a De la Vega ni a la directora del Observatorio de
Violencia de Género del CGPJ, Montserrat Comas, les
consta la existencia de denuncias falsas. Así se
entiende que Mª Sanahuja señale públicamente que “las
presiones del servicio de inspección condicionan las
resoluciones judiciales”. Quizás por eso el juez de
familia de Madrid, López Muñiz pidió traslado
‘voluntario’ tras las presiones mediáticas producidas
por la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas
presidida desde hace 25 años por Ana Mª Pérez del
Campo. Pero la pregunta sigue en el aire:
¿Qué pasa con esos beneficios sociales que se habían
desencadenado de la mera denuncia? El mecanismo es el
siguiente: el mero ingreso en un centro de acogida sirve
al juez como “prueba periférica” o indicio de maltrato.
Las abogadas de las asociaciones feministas siguen
cobrando sus minutas de “justicia gratuita”, las casas
de acogida siguen manteniendo a las mujeres albergadas
-recibiendo subvenciones por ellas- a pesar de que el
juez desestima la denuncia. Y desde luego, los puestos
de trabajo, las rentas de inserción, la prioridad de los
cursos en el INEM y de acceso a una VPO, no se
retrotraen. “Hay recursos, pero sin una vehiculación
‘inteligente’ que escasamente llegan a las víctimas”,
reconoce Varela. |
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HAY VOCES QUE LAS BALAS NUNCA
PODRÁN CALLAR |
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