LA VICEPRESIDENTA PRIMERA DE
LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN FIRMA EL CÓDIGO PARA
EL TRATAMIENTO INFORMATIVO DE LA VIOLENCIA DE
GÉNERO
La violencia contra las
mujeres no es un problema aislado y puntual sino
que se produce en todos los ámbitos de la
sociedad y posee hondas raíces estructurales y
culturales, por lo que la solución definitiva
del mismo requerirá de un esfuerzo continuado de
la sociedad en su conjunto.
En ese
esfuerzo han de participar necesariamente tanto
la Administración, impulsora de políticas y
medidas destinadas a la erradicación de esta
lacra social, como los medios de comunicación,
poderosos factores de influencia en la formación
de la opinión pública.
Conscientes de
ello, la Junta de Castilla y León y los medios
de comunicación castellanos y leoneses desean
colaborar en esta lucha contra la violencia
hacia las mujeres mediante la asunción del doble
compromiso de tratar de modo adecuado la
violencia de género en las informaciones
ofrecidas y de dar a conocer las estrategias
públicas desarrolladas para su erradicación,
todo ello con el objetivo de concienciar a la
sociedad de la gravedad del problema para que
rechace de modo unánime estos comportamientos
violentos.
El compromiso, presentado a
modo de Código de Buenas Prácticas, se concreta
en los doce puntos siguientes, a observar a la
hora de ofrecer información sobre violencia de
género:
1. No presentar la violencia
contra las mujeres únicamente como un delito
sino también como un atentado contra los
derechos humanos que excede del ámbito privado.
2. Presentar los casos de violencia de
género no como situaciones aisladas sino como un
problema generalizado que afecta a muchas
mujeres.
3. No limitar el tratamiento
informativo a los hechos dramáticos,
divulgándose los casos exitosos en los que las
mujeres han conseguido librarse de los malos
tratos, para que sirvan de ejemplo a otras
víctimas y les muestren que hay salida y cómo
actuar.
4. Introducir en todas las
noticias sobre violencia de género información
útil como, por ejemplo, los teléfonos de
atención, para que otras víctimas puedan conocer
los recursos de apoyo y protección existentes.
5. Recabar opiniones y consejos de
personas expertas en materia jurídica,
psicológica, policial, etc. a la hora de
elaborar las noticias, con el fin de transmitir
una imagen fiel de la violencia que sufren las
mujeres.
6. Seleccionar cuidadosamente
las fuentes informativas, desechando aquellas
que pudieran inducir a explicar la violencia
como consecuencia del deterioro de la relación
sentimental o de un arrebato puntual.
7.
Respetar la intimidad de las víctimas y evitar
el uso de imágenes o recursos narrativos
sensacionalistas o morbosos, no presentándolas a
ellas ni a sus familiares en momentos de tensión
emocional.
8. Transmitir a las víctimas
el respeto y apoyo social que existe hacia
ellas, evitando la difusión de comentarios que
puedan entenderse como una justificación de la
violencia.
9. Identificar claramente el
comportamiento del agresor con los detalles
necesarios para mostrar que se basa en la
desigualdad y que nunca tiene justificación.
10. Sin renunciar al deber de informar
con veracidad, tratar los casos de violencia de
género de modo que se refleje la implicación
positiva del medio de comunicación en la
erradicación de la violencia.
11. No
limitarse a informar exclusivamente de los casos
de violencia física ampliando el concepto de
violencia de género a todas sus manifestaciones,
como la violencia psicológica, la explotación
sexual, las agresiones sexuales, etc.
Promover espacios o programas
informativos que ayuden a generar una conciencia
social sobre el problema de la violencia contra
las mujeres.