SUSANA ARIZAGA
«Sólo quiero que me dejen en paz y que vivan su
vida, que dejen de acosarme y de decir cosas sobre mí que no son verdad». Acaba
de verse resarcido por la justicia de una denuncia por violencia de género que
«nunca debió existir», sostiene, porque «yo nunca maltraté a mi ex novia»,
aunque ella y su familia se dedicaron a extender por El Perdigón -el pueblo del
que él es natural y donde viven sus padres- rumores con un relato detallado de
las supuestas agresiones, con las que se vio sorprendido hace más de un año.
¿Por qué?, la única explicación que encuentra es que «yo empecé a salir con
otra chica». Los celos podrían estar detrás de cada difamación, sospecha. La
misma opinión comparte su actual novia, que confirma la tensión en la que ha
vivido este joven y los malos momentos sufridos desde que comenzó la pesadilla,
que se recrudeció cuando en julio pasado el Juzgado de Violencia de Género tomó
cartas en el asunto. Su ex pareja presentó una denuncia por amenazas y por los
malos tratos de los que dijo haber sido víctima durante la relación de
pareja.
La Policía Nacional se personó en El Perdigón para detenerle, pero no
le encontró porque estaba fuera. Su madre le llamó alarmada «y me fui a
Comisaría para ver qué ocurría». Le dijeron que estaba denunciado por malos
tratos y ya no salió. Fue directamente al calabozo hasta que le pasaron a
disposición judicial. Asegura que en ese momento «ella», su ex, «andaba
merodeando por las inmediaciones de la Comisaría.
El joven, cuyo nombre
responde a las iniciales de J.G.R., vivió algunas de las horas más angustiosas
de su vida, aunque por delante le quedaban muchas más por llegar. «Ya no eres el
mismo, ha sido un año muy duro, esto te afecta en todo».
La desagradable
experiencia ha influido en su estado de ánimo y en el discurrir de su vida. Se
vio obligado a abandonar la capital zamorana, donde vivía con su actual pareja,
para establecerse en El Perdigón «sólo para no verla porque en el momento en el
que yo estuviera a menos de 300 metros de ella, me podían detener y a lo mejor
estás en un sitio, no la ves y... te podías pasar un fin de semana en el
calabozo». El juez de Violencia de Género le prohibió aproximarse a menos de 300
metros a la denunciante y le requisó las armas que tiene como cazador que es.
Las dos medidas han quedado sin efecto tras la sentencia de la Audiencia
Provincial, que rachaza el recurso presentado contra el archivo de la causa de
matrato.
La actitud de la joven que le denunció, con la que estuvo saliendo
dos años y medio y a la que conoce «de toda la vida» por su ascendencia de El
Perdigón, le cogió desprevenido porque «cuando lo dejamos ni discutimos ni nada,
se acabó la relación y punto. Yo no esperaba que ocurriera nada de esto», añade
este zamorano de 26 años, que no logra comprender porqué han querido hacerle
tanto daño con una denuncia que «es falsa como demuestra la decisión de los
jueces».
Las difamaciones, ya que nunca se pudo demostrar que el joven la
amenazaba y que la hubiera pegado cuando eran novios, han sembrado la duda en el
pueblo, «hay gente que duda de mí y de que lo que han contado no sea cierto. Me
han desprestigiado». Ya un año antes de que le denunciara fue hablando mal sobre
él, afirmando que la llamaba por teléfono para amenazarla y que la pegaba cuando
estuvieron juntos. El juez de Violencia de Género archivó el asunto por «no
aparecer suficientemente justificado» el delito. El joven sólo pide vivir en
paz.
RUMORES
La relación sentimental
Durante dos años y medio el
joven mantuvo una relación sentimental con quien le denunciaría por maltrato y
amenazas al año de romper.
Difamaciones
Un año antes de ser detenido en
Comisaría, en el pueblo en el que viven sus padres y familiares de su ex novia,
El Perdigón, comenzaron a difundirse rumores en los que ya se detallaban los
malos tratos que supuestamente había sufrido la joven. De extender estas
difamaciones se ocupaban, según el joven, su ex novia y su familia.
Una nueva
relación
Esos rumores, según el joven, surgieron cuando su ex pareja supo que
salía con otra chica.
La denuncia sin pruebas
Finalmente, el joven se vio
denunciado por maltrato, aunque el juez archivó la causa al no encontrar
«justificado» el delito del que se le acusaba.