MÉXICO, D.F.(SUN )
El amor los maltrata. No se
quejan, no es de hombres reconocer que las mujeres a veces ahogan.
“¿Qué
ya no me quieres?”, “No me cae bien tu amiga”, “¿Quién te llamó?”, “¿Qué le
ves?”, “¿Y ese mensaje?”, “¿Quién es esa vieja del Facebook?”, “Tú paga, yo soy
la princesa”, “¿Andas con alguien más?”. Tal vez no saben que cada frase tiene
su carga de control, de chantaje.
De la violencia hacia ellos poco se
explora, pero tienen su apartado en las encuestas nacionales sobre violencia en
el noviazgo. Sus números, son sorprendentes: 78% de los jóvenes que tienen entre
15 y 24 años y que están en una relación de noviazgo son violentados
psicológicamente por sus mujeres.
Lo dijeron en la Encuesta Nacional de
Violencia en las Relaciones de Noviazgo en 2007. El Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) les preguntó por primera vez a los jóvenes
mexicanos sobre sus relaciones amorosas. Los resultados arrojan violencia
física, sexual, psicológica y también económica.
Ellas los controlan.
Revisan sus teléfonos celulares. Les prohiben amigas. Se encelan de las
presentes. Les cuidan la mirada. Eso dicen las operadoras de la línea de ayuda
que abrió el gobierno federal como respuesta a la violencia en los noviazgos
mexicanos. Sólo llama uno por cada cuatro de ellas. Preguntan si el chantaje es
violencia, si que los obliguen a casarse es violencia, si ser el único que saca
la cartera es violento.
Así lo registra Diana Ramírez, supervisora de
línea joven. “Los jóvenes que llaman nos preguntan qué es violencia. Nos narran
como son violentados, chantajeados, cómo les hacen sentirse insensibles, les
generan culpa si no tienen sexo con ellas, los consideran menos hombres si no se
quieren casar por que las embarazaron”, dice.
La Encuesta Nacional de
Violencia en las Relaciones de Noviazgo reporta que este tipo de violencia
psicológica es entendido como el abuso emocional, verbal, maltrato y menoscabo
de la estima hacia una o varias personas.
La guerra de los sexos
Los resultados de la encuesta en este rubro indican que la mayor
incidencia de violencia psicológica se presenta en áreas urbanas: 76.3%, a
diferencia del área rural que es de 74.7%.
La violencia física tiene su
cifra: 46%; la sexual ni siquiera alcanzó porcentaje para incluir el dato en la
encuesta.
A ellos los cachetean, los pellizcan cuando miran de más por
la calle, los arañan si no responden rápido, pero esa violencia física no es un
problema nacional porque está lejana de la que sufren ellas, es incomparable.
De cada 10 novias, a seis les pegan. Cuando lo hacen leve, las
cachetean, las empujan, les jalan el cabello. Cuando la violencia es en grado
mediano les dan puñetazos, las jalonean; cuando es grave las amenazan con una
pistola.
Aún así, las novias también tienen lo suyo. Tienen socialmente
permitido demostrar sus sentimientos y son fácilmente perdonadas si salen de
control cuando demuestran sus emociones. Pero ellos no corren con la misma
suerte.
Siguen siendo vistos como los fuertes. Los que no lloran. Más de
la mitad de las mujeres piensan que los hombres tienen que ser los proveedores y
fuertes de la relación. En la opinión de las y los jóvenes mexicanos, los roles
femeninos y masculinos están estereotipados en situaciones tales como la
agresividad, la infidelidad, cuidado del hogar, el rol con los hijos y la
educación.
El papel de los hombres como proveedores principales de la
familia y los que encabezan la toma de decisiones, sigue siendo para las mujeres
como una ley, pues 59% opinó que un buen hombre es el que provee económicamente
a su familia.
No sólo golpes Y es que la violencia cubierta
bajo el “amor” resulta casi invisible para el grueso de la población que
mantiene una relación sentimental. Los efectos y síntomas del maltrato durante
el noviazgo son desconocidos para gran parte de las y los jóvenes mexicanos
quienes ignoran que violencia no sólo son golpes.
Roberto García,
subdirector de equidad y servicios a jóvenes del Instituto Mexicano de la
Juventud (Imjuve), señala que los jóvenes que sufren de violencia dentro de sus
relaciones amorosas tienen antecedentes de violencia en sus hogares desde la
infancia y conservan estereotipos de género.
Afirma que ante la
problemática y después de los alarmantes datos que revelan la encuesta, el
gobierno federal, a través del Instituto Mexicano de la Juventud, ha diseñado
una serie de estrategias de prevención de la violencia.
“Abrimos una
línea de ayuda, un correo electrónico donde especialistas escuchan a los jóvenes
y de ser necesario los conducen a psicólogos y a la policía en caso de que estén
amenazados por sus parejas”, indica.
Tienen dos meses operando la línea
telefónica de ayuda. Al día reciben unas 30 llamadas relacionadas con la
violencia en el noviazgo. Los hombres que llaman para pedir ayuda no llegan ni a
cinco, “pero porque no asumen que el control sobre ellos es violencia”.
Para el psicólogo del instituto ningún joven tendría que estar pasando
por una relación amorosa de control, chantaje y abuso hacia el otro.