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Manifestación de apoyo a Alejandro Urcera en juzgados de Vigo.
24 de octubre de 2003
Compañeros de fatigas:
El próximo día 30 tengo un pequeño juicio. Me piden 9 años de cárcel, ni más ni menos. La excusa es haberme llevado a mi hijo por no poder verlo. El motivo real -no existe otra explicación posible-, vengarse de mí por hacer públicas, con nombres y apellidos (y sin pelos en la lengua), las actuaciones de diferentes jueces y fiscales de la ciudad de Vigo en torno a mi caso, así como una querella contra 5 jueces y 4 fiscales a la que nuestra abogada dio amplia difusión -también con nombres y apellidos- a través de los diferentes medios de comunicación regionales.
Supongo que es la única forma que encuentran, o creen haber encontrado, de hacerme callar.
En un principio, el fiscal pidió para mí la pena máxima -un año- por el presunto delito de desobediencia, que es el único que entonces podía ser aplicado en estos casos (todavía no existía la ley de sustracción de menores). Este delito de desobediencia es el que se imputó a todos aquellos padres que, antes de aprobada la mencionada ley, decidieron marcharse con sus hijos y fueron posteriormente detenidos (yo nunca lo fui: regresé voluntariamente).
Sin embargo, después de que yo decidiese fundar SOS PAPÁ, salir a la calle y utilizar los medios como instrumento para divulgar -con nombres y apellidos- con nombres y apellidos- la tremenda injusticia que el sistema judicial está cometiendo con mi hijo y con todos los padres separados y sus hijos, la jueza de instrucción decidió imputarme varios delitos más (quebrantamiento del deber de custodia, coacciones, etc) de modo que ahora me piden nada menos que 9 años.
Estas imputaciones se caen por su propio peso, pero ya conocéis mi teoría: los jueces, en primer lugar, prejuzgan y deciden a quién y en qué medida desean favorecer o joder y, posteriormente, buscan e interpretan a su modo los artículos del C. Civil o Penal de modo que el fallo de sus sentencias se ajuste a sus deseos preconcebidos.
En principio, pretendía que el juicio pasase desapercibido de cara a los medios y no había pensado realizar ningún tipo de acto el día del juicio. Pero hace unos días la prensa gallega sacó a relucir el tema, con lo cual no descarto encontrarme en dicha fecha, a la entrada del juzgado, con la presencia de las vociferantes feministas (mi ex era presidenta de una de estas asociaciones y a mí estas señoras no me aprecian precisamente).
Si eso ocurre, no me gustaría no estar respaldado, ante los medios, por algunos representantes de nuestro colectivo de padres.
Por eso, sin que nadie se sienta obligado, si alguno de vosotros -especialmente los que menos lejos vivís- pudiese y desease acercarse a Vigo en esas fechas para echarme una mano contra las potenciales energúmenas, se lo agradecería.
Alejandro Urcera
o
E
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