Barómetro especial del CIS de junio 2020

En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas se incluyen las habituales preguntas (12ª y 13ª):

“¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”.

¿Y cuál es el problema que a Ud., personalmente, le afecta más? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?

Es de sobra conocida la manipulación de las encuestas que hace el CIS y su sesgo a favor de los intereses del Gobierno. Manipulación que ha sido llevada ante los juzgados por ser delictiva.

Pese a la constante campaña desde todos los medios de comunicación y todos los organismos del Estado (a costa del dinero de los contribuyentes) los encuestados no consideran la perversamente llamada “violencia de género” como un problema importante. Ni para la sociedad en general ni en su vida particular.

En la pregunta 12ª la respuesta sobre la violencia de género es que no le preocupa a nadie. Dando la cifra de 0,0 en los tres primeros problemas. Pese a ello la suma de tres ceros resulta un uno.

En la pregunta 13ª la suma de tres ceros da cero.

Conviene recordar que al empezar el estado de alarma y el confinamiento obligatorio las feminazis alertaron de que aumentarían los casos de maltrato al tener que convivir las maltratadas con el maltratador. Se modificaron los reales decretos y se habilitaron partidas presupuestarias extraordinarias para dar ayuda a las maltratadas “encarceladas” con sus maltratadores.

Los datos han demostrado, una vez más, las mentiras de las feminazis. Las cifras oficiales de maltratadas han descendido espectacularmente durante el confinamiento. Baste recordar la entrevista entre los reyes y la presidenta del Observatorio de violencia de género.

Pese a ello, la ministra de igualdad ha vuelto a anunciar más dinero y más medidas para combatir la “lacra” en base a datos falsos. Medidas que conculcan aún más los derechos y libertades de los ciudadanos y dinero que sale del saqueo de las arcas del Estado y del que se lucrarán los miles de estómagos agradecidos.

Tendrán su Nuremberg y su Spandau.