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Así nos informan los medios. Censura informativa
Uno de los pilares fundamentales que las feministas radicales utilizan para propagar sus teorías de género para influir en la opinión pública es el control de los medios de comunicación y como se han de tratar las noticias.
Hasta hace unos años el protocolo para tratar estas noticias, que habían firmado la práctica totalidad de los medios, era un documento confidencial cuya existencia se negaba en público y se admitía en privado.
En la actualidad no hay recato alguno en admitir su existencia. El protocolo es doctrina, dogma y orden de estricto cumplimiento llegando a haber departamentos en los medios que filtran y censuran los contenidos para que se adecuen a las teorías de género. En TVE es Montserrat Boix quien está al frente de este gabinete de censura llegando a dar ponencias en sitios como los cursos de verano de El Escorial de la UCM, donde hace ostentación de su "trabajo" como censora. Como todas estas "defensoras de la igualdad" sólo piensa en el dinero. Aunque ya hemos visto que no es dinero público lo que les falta. No olvidemos que la Ley de violencia de género obliga a que todas las leyes pasen por el tamiz de la perspectiva de género. Perspectiva de género basada en falsedades y mentiras. En teorías totalmente acientíficas. Tomemos como ejemplo la reciente comparecencia de la vicepresidenta primera de la Junta de Castilla y León tras firmar el Código para el tratamiento informativo de la violencia de género. Violencia que ya hemos visto que no es mas que una gran mentira para justificar el saqueo de las arcas del Estado. Éste es un recientísimo acuerdo entre la Junta de Castilla-León (PP) y los Medios de Comunicación.
http://www.jcyl.es/jcyl-client/jcyl/ap/dc/tkContent?idContent=69647&locale=es_ES&textOnly=false
Un buen ejemplo de compromiso entre el periodismo y el poder de género. O de como la prensa se pone al servicio de la ideología y el poder bajo la disculpa del "Código de Buenas Prácticas".
Obsérvese bien, pues así nos informan. Lean los puntos y comprueben:
- Que hay total ausencia de mención a la violencia doméstica, con lo que sólo se aplica a la violencia sufrida por una mujer y ello sólo en el caso de una relación heterosexual.
- Que se han de presentar las situaciones de violencia contra una mujer no como un hecho en la vida de esa mujer con sus circunstancias únicas, sino como un atentado a los derechos humanos generalizado (puntos 1 y 2). La mujer concreta y su vida concreta importan bién poco (un asesinato de cualquiera es siempre un atentado a un Derecho Humano Básico, ¿o no?).
- Que hay que mostrar que la causa es la desigualdad (punto 9), evitando cuidadosamente cualquier otra explicación (punto 6) como enfermedad mental, celos, autodefensa, arrebato, dinero... Las causas ya están predefinidas y siempre es la misma. Solo les falta hablar de "la conjura judeo-machista internacional".
- Que asimismo se predefine lo que es digno de publicarse (punto 3), lo que ha de publicarse (puntos 4, 5, 8 y 11) y la línea editorial (punto 10).
- Que hay que aumentar el espacio dedicado a la misma, ya grande, cuando otras violencias son ninguneadas. Así, un hombre asesinado por su mujer, probablemente ni aparezca, no se dice nada de tratarlo como una violación de derechos humanos. Tampoco es necesario que evitemos cuidadosamente que las drogas o los celos se cuelen como causa ni nos pedirá la ética que se publique de tal manera que quede claro nuestro compromiso con la erradicación de esos comportamientos.
Apliquen ustedes mismos al caso de un hombre asesinado por su mujer o por cualquiera. O a un anciano. O a un menor. O a violencias menos graves sufridas por esas personas. ¿A alguien le extraña que las noticias acerca de la "violencia de género" den la impresión de ser siempre la misma cambiando algún que otro detalle? En cuanto a que se declare "Buena Práctica" el abandonar el código de la buena noticia (qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué) para sustituirlo por una serie de clichés parece tan ético como atentar contra la Libertad de la Prensa para contar las cosas como se crea mas oportuno y contra la inteligencia del lector para formarse la opinión que le parezca mas correcta y ello con independencia de que algunos puntos o detalles (¡faltaría mas!) sean correctos. ¡Qué mentecatez! ¡Qué felonía! Hay un punto en el que llevan algo de razón. Es el punto en que se refieren a que la causa de los asesinatos en la desigualdad. No van mal encaminados. Pero solamente se equivocan en el sexo de los protagonistas.
La desigualdad contra el hombre, la inferioridad jurídica, social-doméstica contra los hombres. Detrás de muchas muertes están las desesperaciones de muchos hombres tras ser repudiados como perros de su casa. Con una notificación del juzgado que les obliga a marchar de su propia casa con lo puesto. Detrás de muchas muertes está la desigualdad del hombre al que no se le atiende ni se le cree cuando es maltratado por alguna mujer que se aprovecha de la ley para destrozar la vida al marido. Entre otras cosas, impidiendo a éste el contacto con sus hijos.
Y esta directiva dogmática viene directamente de un órgano oficial. No deja de ser una broma de mal gusto de terribles consecuencias. No existe el menor pudor a hacer público su fundamentalismo. ¿Cómo se atreven después a criticar a los ayatolás, por ejemplo? ¿O al aparato de propaganda nazi, es sus mejores momentos? ¿Qué rigor mantiene estos "profesionales" cuando desprecian la veracidad? ¿Qué rigor cuando no atienden a las causas que han dado origen a un asesinato? ¿Por qué esta cruzada tan sexista y aparatosa?
¿Por qué están tan seguras de que la situación no cambiará y no se les pedirá responsabilidad sobre este tipo de actuaciones? ¿Olvidan que al final se lleva a juicio a dirigentes como Milosevic, Hussein,.. y otros que en su día creyeron en la impunidad? Además de enfermas, son muy torpes.
Veamos el criterio de la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, sobre cómo se ha de tratar la información y que varía un ápice del código presentado por la vicepresidenta de Castilla y León. Esto es manipular y ocultar la verdad.
“Interrumpir la presentación de un proyecto de Ley mediante preguntas taxativas, hacer un examen a quien la presenta en el más rancio estilo de un tribunal y, por último, expresar una descalificación es un acto de agresión y violencia, la cual, siempre se basa en el explícito ejercicio del poder”.
Esta declaración institucional de Soledad Murillo tiene lugar tras la presentación en el Consejo Económico y Social de la Ley de violencia de género de la Comunidad de Madrid. Dicha presentación corre a cargo de Patricia Flores quien no hace sino dar datos falsos y desparramar alegremente entre los asistentes su ideología, prejuicios, ignorancia y mala fe. Uno de los miembros del Consejo a los que se les está mintiendo, Amando de Miguel, comete el grave pecado de preguntarle datos concretos y cuestionar los argumentos que se le presentan. Amando de Miguel a día de hoy sigue sufriendo una persecución implacable por parte de las feministas radicales que no puede tolerar que nadie se salga de la verdad oficial.
El feminismo radical, como toda ideología dogmática, no tolera que se le cuestione sus dogmas ni que se busque la verdad.
El despacho de Soledad Murillo en el Ministerio está puerta con puerta con el de Encarnación Orozco, delegada del gobierno para la violencia de género. Orozco es otra feminista radical que da datos falsos o manipulados. Orozco está al frente de un órgano ¿administrativo? equiparable a los juzgados de excepción creados con la Ley de violencia de género.
La última exigencia al respecto de las feministas radicales es la pretensión de endurecer la Ley de violencia de género para que se castigue a quien diga algo diferente a la verdad oficial. Así, por ejemplo, solicitan que sea considerado apología de terrorismo sexista a quien diga que hay denuncias falsas. Pero estos disparates se vuelven en su contra pues, ¿será terrorista el ministro de Justicia, López Aguilar? No olvidemos que ya han aprobado la normativa por la que se puede cerrar una página web por una simple decisión administrativa sin necesidad de intervención judicial.
Veamos un ejemplo de la tendenciosidad en la redacción y presentación de las noticias, obligados por las instrucciones firmadas por los medios de comunicación, a lo que hay que añadir la "línea editorial" del medio de comunicación y de cómo nos engañan y adoctrinan con el "Ministerio de la Verdad" que ya vaticinó Orwell en "1984".
Se trata del intento de asesinato de una mujer a su expareja al verle con una nueva mujer.
En primer lugar, podemos ver la información dada por El Mundo. Que ya es bastante tendenciosa. El motivo de la agresión es "por celos" no por violencia doméstica o de género o por "o mía o de ninguna", etc., como nos cuentan cuando la víctima es mujer.
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/10/01/madrid/1191228021.html
En segundo lugar, la misma noticia en la información dada por el periódico gratuito, 20 minutos. Se comenta por si mismo. No se informa que el agresor es mujer, expareja del agredido y que ha actuado por despecho o por el criterio de propiedad sobre la otra persona. Por el contrario, se da a entender que ha habido varios agresores y de sexo varón.
http://www.20minutos.es/noticia/283259/0/arma/blanca/aluche/
Una muestra más de la manipulación de los datos y las "razones históricas del sometimiento de la mujer por la sociedad patriarcal" que argumentan las feministas radicales para justificar sus leyes que nada tienen que envidiar a las de la Alemania nazi. Aunque el verbo argumentar requiere unas condiciones previas que no se dan ni en la boca ni en el cerebro de las feminazis.
¿Alguien recuerda la Alemania nazi, la Unión Soviética stalinista o las actuales China y Cuba comunistas donde nadie puede disentir de la verdad oficial?
No olvidemos que la prensa escrita es deficitaria desde hace muchos años y depende de las ayudas (vía publicidad institucional y subvenciones a la cultura, al papel reciclado, etc.) del gobierno de turno. Recordemos los casos de "El Alcázar" o "Diario 16" que pasaron a la historia cuando se les cerró el grifo de las subvenciones.
No olvidemos tampoco que radio y televisión son concesiones administrativas y que el gobierno de turno da y quita a su antojo. Recordemos los casos de la COPE en Cataluña, las concesiones de canales de TDT, la creación de La Sexta o el caso de Canal+ luego reconvertido a Cuatro.
Gramsci. El Estado crea preventivamente la opinión pública adecuada.
Tratamiento de la violencia contra las mujeres (RTVE) En la programación de RTVE no se incluirán, entre otros, contenidos que inciten a la violencia, así como a los comportamientos machistas, xenófobos, racistas u homófobos. RTVE prestará, por tanto, una atención preferente a cuantos contenidos estén relacionados con la violencia contra las mujeres y promoverá un compromiso activo en contra de la discriminación de la mujer y la violencia doméstica, evitando la transmisión de mensajes que puedan contribuir a crear en la sociedad sensación de impunidad ante estos delitos. Los malos tratos y la violencia contra las mujeres constituyen un atentado contra el derecho a la vida, la dignidad y la integridad física y psíquica de las víctimas.Son delitos que no pueden presentarse como un crimen pasional. Por todo ello, RTVE velará para que los contenidos referentes a esta materia tengan presentes las siguientes reflexiones y recomendaciones, basadas en los trabajos realizados por RTVE en colaboración con el Instituto de la Mujer[1]: 1. Evitar modelos de mujer que lesionen su dignidad. Debe contribuirse a erradicar los estereotipos que atribuyen a las mujeres valores y funciones sociales inferiores a los de los hombres. En cambio, debe ampliarse la representación de las mujeres y mostrar su papel en el desarrollo cultural, político, económico y social. 2. Respetar la identidad y el dolor de la víctima. La víctima no puede ser mostrada sin su permiso ni en momentos de tensión emocional. Nunca se deben utilizar sonidos o imágenes “robados” de la víctima. Sólo se divulgará la imagen si es consentida, pero no al calor de los hechos, sino una vez recuperados la autoestima y el equilibrio emocional. Es necesario reflexionar sobre la conveniencia de mostrar los efectos de los malos tratos y sobre en qué medida puede incurrirse en el morbo. Divulgar las secuelas puede ser una buena herramienta de pedagogía social pero, en todo caso, debe prevalecer el respeto a la integridad moral de las víctimas. 3. Identificar al agresor. Es necesario recordar el deber de respetar la presunción de inocencia y, por tanto, extremar la cautela en esta cuestión, ya que un error de identidad puede provocar consecuencias irreparables. Sin embargo, sí es importante dejar claro quién es el agresor y quién la víctima. Y más importante aún es definir claramente cómo es el maltratador, su manera de actuar y su comportamiento público o privado, porque ello puede servir para que muchas mujeres puedan tomar conciencia de su situación de riesgo. 4. No confundir el morbo e interés social. La imagen debe respetar la dignidad de la persona. Los recursos estéticos y la narrativa habitual de los reportajes de sucesos no deben utilizarse en la realización de noticias sobre violencia contra las mujeres. Deben evitarse aquellos recursos de ocultación de las víctimas que den apariencia de criminalización: efecto mosaico, tiras en ojos, disfraces, distorsiones de voz… Se aconseja utilizar otros medios de estética menos agresiva: contraluces, juegos de sombras, voces en OFF… En todo caso, el apoyo gráfico de la información debe respetar la dignidad de la persona. Igualmente, hay que evitar la reconstrucción de los hechos que abunde en detalles escabrosos o en primeros planos que provoquen el morbo o la conmiseración de la víctima. Las reconstrucciones son útiles cuando se utilizan con afán informativo y cuando son necesarias para la comprensión de los hechos. Los detalles e imágenes escabrosas no inducen al rechazo del maltrato en sí y, en cambio, lo que hacen es dar forma al espectáculo. La fabulación de los hechos, una recargada puesta en escena o la utilización de imágenes ficticias pueden contribuir a crear un enfoque irreal del problema. 5. Extremar la precaución en el uso de fuentes y datos. Los malos tratos domésticos no son un suceso sino que se enmarcan en un problema más amplio, el de la violencia contra las mujeres. Determinadas informaciones sobre desavenencias conyugales pueden ser erróneamente interpretadas e inducir a pensar que los malos tratos pueden ser consecuencia lógica de una situación de deterioro. Por el contrario, subrayar las buenas relaciones de la pareja es un argumento que podría avalar la hipótesis del arrebato pasional. 6. Vigilar el uso de testimonios cercanos al agresor o a la víctima. En muchos casos, se trata de testimonios inducidos por las preguntas de quien informa y entre personas que en ese momento pueden no ser conscientes de la trascendencia de sus declaraciones e incluso pueden ser parte interesada.Deben extremarse, además, las cautelas con aquellas personas que únicamente buscan notoriedad, presencia gratuita ante las cámaras, defensa interesada del agresor, o las que aportan detalles morbosos carentes de valor informativo. 7. Lenguaje puramente informativo. La utilización de un lenguaje violento desvirtúa las razones de la agresión. Expresiones como “certera puñalada”, “cadáver ensangrentado”, “cosida a cuchilladas”, “había una gran mancha de sangre”, etc. dirigen la atención a aspectos colaterales, incompatibles con los motivos reales de la agresión. 8. El uso de adjetivos y de tópicos. Se evitarán adjetivos, frases hechas y/o tópicos que puedan introducir ciertas dosis de frivolidad y de banalización. Datos o comentarios en apariencia inofensivos pueden tergiversar gravemente la información y desviar la atención de las verdaderas causas de la tragedia. Utilizar adjetivos como “celoso” o “bebedor” para definir al agresor nos acercan a la exculpación. Decir de la víctima, por ejemplo, que “era joven y guapa”, ”salía con amigas” o “tenía un amante” desvían el foco de lo verdaderamente importante y nos acercan a la disculpa o la comprensión del maltratador. Conviene obviar los comentarios que puedan desprestigiar a la víctima o desviar la atención. 9. Evitar el efecto narcotizante. La difusión continuada de este tipo de informaciones puede generar en la audiencia un efecto narcotizante. Para evitarlo, los profesionales deben plantearse tratamientos informativos diferentes y novedosos, evitando fórmulas del estilo de “un caso más”, “otro caso de…”, y sí remarcando, por ejemplo, los aspectos que podrían haberlo evitado.Otra sugerencia es aportar material de apoyo, que permita contextualizar la información, así como buscar ramificaciones del problema: salidas, nuevos proyectos, campañas, etc. 10. Dar información útil. Noticia es un caso de malos tratos con resultado de muerte, pero también lo son las deficientes actuaciones judiciales o policiales, los castigos ejemplares o las víctimas que han logrado rehacer su vida. Es importante completar la información sobre las circunstancias que rodean cada caso, los antecedentes policiales o judiciales, los incumplimientos –si los hay- de las medidas adoptadas o la asistencia recibida por la víctima, todo ello con el objetivo de alertar sobre los posibles riesgos futuros a que están expuestas las mujeres maltratadas.No obstante, hay que tener en cuenta la influencia que sobre otras víctimas puede ejercer un tratamiento alarmista de dichos riesgos, ya que disminuiría su confianza en el apoyo que pueda recibir su denuncia.Por otra parte, promover o participar en campañas de información y prevención ayuda a ubicar adecuadamente el problema. [1] “Mujer, violencia y medios de comunicación” (2002). “Representación de la violencia de género en los informativos de TVE” (2006). |
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Master en verificación digital. La Secta.
Mismo hecho, distinto tratamiento.
José Mota. Parodia de Ferreras.
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